EL PUNTO DE CHULERíA EN EL REAL MADRID TRAS ESCUCHAR A LAPORTA QUE HAY QUE REPETIR EL CLáSICO

El video comunicado de Laporta pidiendo los audios y las imágenes del gol fantasma en el remate de Lamine Yamal que saca Lunin es lo más comentado en el Real Madrid. Se debate si el balón traspasó totalmente la línea, pero es imposible tener una certeza. No hay una sola prueba que lo pueda confirmar y la reacción de Laporta se considera como la peor excusa a la que se puede agarrar para desviar la atención de la derrota.

Del presidente del Barcelona se podían esperar cualquier tipo de estrategia, en forma de cortina de humo, tras inventarse aquello del madridismo sociológico. Lo que no se podían imaginar es que se superara pidiendo, con desesperación, la repetición del Clásico.

Entre los jugadores provoca risas. Se califica de absurdo y se recuerdan más aquellas osadas palabras de Carvajal en Dallas, con la derrota en el Clásico de la gira norteamericana, cuando el lateral dijo que a la hora de la verdad les pasaremos por encima. A Carvajal, que no jugó el Clásico que sentencia la Liga, se le vio eufórico en la celebración del césped en el Bernabéu.

Había muchas ganas de celebración tras el pase a las semifinales de la Champions y, aunque tras la remontada en el Clásico quedan seis partidos por disputarse, los jugadores tuvieron ese punto de chulería para festejarlo. No hubo contención. Nadie se quiso moderar. Tan solo chirrió la frialdad de Arda Güler. Eligieron el jolgorio con sus aficionados tras el doblete City-Barça.

Si había un momento en la temporada en el que el Real Madrid se podía caer, era en el tramo de partidos con el Manchester City y el Barcelona. Guardiola tenía la ocasión castigar a un Madrid debilitado por las lesiones y con la ventaja del partido de vuelta en casa. Xavi tenía la exigencia y el reto de demostrar que su Barcelona estaba maduro. El Barça que ganó al Paris Saint-Germain en el Parque de los Príncipes no se pareció al del Bernabéu, con lo que es difícil de justificar que haya perdido por un gol fantasma y su presidente pretenda que se repita el partido.

Los jugadores del Real Madrid celebran la remontada contra el Barcelona en el Bernabéu. (EFE Juanjo Martín)

El Real Madrid sigue vivo en la Champions con un duro enfrentamiento contra el Bayern de Múnich, con la vuelta en el Bernabéu. Ha pasado lo peor. Eliminar al campeón de Europa y de la manera que lo ha conseguido es un refuerzo a la autoestima que tienen Ancelotti y sus jugadores. Ni al entrenador ni a los futbolistas les ha sentado bien que se les quite méritos a su hazaña de llegar a los penaltis en el Etihad Stadium, tras un compromiso y sacrificio ejemplar defensivo. Les parece alucinante la pataleta de Laporta y el victimismo de Xavi.

Ancelotti, reivindicativo

"Todos nos daban por muertos y aquí seguimos. Es el escudo. No se puede explicar", es la revancha que se cobró el entrenador italiano tras eliminar al equipo de Guardiola y adelantarse a lo que sabía que iba a suceder. Al Real Madrid se le iba a criticar su plan ultradefensivo, la falta de estilo de juego ambicioso y la suerte como aliada. Ancelotti reconoció que era la única manera de pasar y se guardó su enfado con los que desprestigian su propuesta en los partidos grandes.

El reivindicativo Ancelotti se queda con el orgullo de que su equipo supo competir y que, además, estuvo más tiempo clasificado que eliminado. "No vi a ningún aficionado triste por cómo jugamos", sentenció con un tono de ironía y un punto de soberbia, que no es habitual en él, pero que a veces es necesario para poner en valor su trabajo y el de los jugadores.

Ulises Sánchez-Flor

Tras el City llegó el Clásico. El Real Madrid compareció en el once sin sus dos laterales titulares, fundidos por el esfuerzo realizado en Mánchester, y sus dos pivotes fuera de sitio: Tchouaméni de central y Camavinga en el lateral izquierdo. Recuperó, muchos meses después, la pareja Kroos-Modric. Jugó sin un mediocentro claro, con el alemán y Fede Valverde ayudando a cerrar el carril central en defensa y dándole salida al balón.

El Real Madrid se vio dos veces por debajo en el partido y lo remontó sin Vinícius y Rodrygo en el césped. Después del partido se esperaba que el Barcelona pusiera el grito en el cielo por el gol fantasma y otras jugadas que le interesa señalar como perjudicado. Era previsible que Xavi cargara contra el árbitro, pero Ancelotti tampoco quiso dejar pasar las palabras del técnico culé sobre un triunfo injusto. "¿El Barcelona mereció ganar el partido? Hay que verlo", contestó el italiano con otro punto de chulería.

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